Sin Remitente
Los casos de COVID-19 en Tabasco van en aumento al declararé oficialmente la quinta ola.
Por lo pronto, las clases seguirán presenciales en el nivel básico y medio superior, y no hay por ahora tampoco un adelanto de que podrían regresar las medidas restrictivas.
En los lugares públicos es ya común ver a las personas sin el cubrebocas y en los lugares cerrados, aunque es opcional, también se está dejando de usar gradualmente en la medida de que los negocios de cualquier giro están dejando de exigirlo.
La buena es que pese al aumento de los casos, el número de hospitalizados es menor en relación con las anteriores olas, y menos el de personas muertas.
La vacunación está siendo efectiva para aminorar los síntomas que no pasan de un aparente resfriado, pero para quienes aún no se protegen sigue siendo una amenaza de muerte.
Aunque en otros estados como Puebla han regresado a las medidas restrictivas y obligatorias, en Tabasco las autoridades están observando el desarrollo de la pandemia sin tomar acciones que alteren nuevamente la vida de los tabasqueños que están tratando de recuperar la normalidad en sus vidas.
En Tabasco, la quinta ola del COVID-19 no está siendo tan extrema o complicada como sí sucede en otros países y entidades, pero tampoco podemos confiarnos de que los casos repunten y los hospitales se vean colapsados.
Es normal que el gobierno de Tabasco no esté pensando en el corto plazo volver a las medidas restrictivas precisamente para no afectar las actividades económicas que han ido retomándose, y por ahora todos los eventos a realizarse siguen en pie.
También los tabasqueños que ya probaron el aislamiento y muchos la enfermedad, tampoco quieran que regresen esos días de temor y muerte que permearon en las primeras olas.
Ante el incremento que seguramente seguirá, no queda más que apelar a la conciencia de los tabasqueños para que asuma con mucha responsabilidad el auto cuidado para evitar que el COVID-19 vuelva a poner en vilo nuestras vidas y nos regrese a esos días aciagos. Esperamos, sin embargo, que en esta quinta ola el COVID-19 se consolide como un padecimiento endémico, y deje de ser una auténtica amenaza.