Triques
La Compañía de Jesús en México, el CEM y el clero católico en general se pasaron julio tratando de convocar a la sociedad mexicana alrededor de sus presiones y necesidades políticas.
Primero se convocó a una marcha silenciosa que partiría de la Estela de Luz a las 11 de la mañana, del domingo 10, tres semanas después del asesinato de dos jesuitas, la idea era llegar rezando hasta la parroquia de ña Sagrada Familia, ubicada en Puebla y Orizaba, en la colonia Roma. No llegaron ni 60 personas y la marcha se convirtió en un austero mitin de un par de oradores.
Luego del fracaso de dicha marcha se convocó a la sociedad del país a que los familiares de los desaparecidos en México llevaran el domingo 24 la foto de la persona que no encuentran para colocarla en el altar y que la comunidad elevara una oración para encontrarla. Nadie llevó a templo alguna ninguna foto de desaparecido.
Las convocatorias eran desairadas sin remedio y los convocantes debían mostrar que en la sociedad mexicana todavía confiaban el su Iglesia para casos difíciles; sin embargo, la asistencia a las misas disminuye considerablemente.
Al domingo siguiente, último día de julio, el rector de la Catedral Metropolitana, canónigo Ricardo Valenzuela Pérez, pidió orar “por el presidente Andrés Manuel López Obrador, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo y los alcaldes de la ciudad, “principales responsables del orden y la tranquilidad de todos los ciudadanos para que rechacen el mal uso del poder, la corrupción, la falta de respeto a las leyes y la indiferencia”.
Dicha jornada de oración fue anunciaba apenas un día antes del domingo último del mes. A pesar de que se valieron de las personas más populares de la Ciudad de México, las iglesias de la capital siguieron con muy poca afluencia de gente, y en el interior del país, nadie hizo caso de la oración por López Obrador o por Sheinbaum, quien a pesar de estar en campaña ni siquiera hizo mención de los rezos en su honor.
Desde el primer intento por reunir a personas alrededor de los jerarcas católicos su práctica política disminuyó sus exigencias al verse desairado, porque la primera acción en la Estela de Luz, estaba destinada a presionar al gobierno para que cambiara su estrategia de seguridad y se olvidara de los abrazos en lugar de balazos, el clero pedía sangre y violencia.
Posteriormente, se convocaba a encontrar a los desaparecidos y cambiar la estrategia de búsqueda de las personas no encontradas desde hace varios años y hacer presión sobre el gobierno. El alejamiento de la población del país dela Iglesia católica en lugar de disminuir se acrecentaba porque cuando los desaparecidos empezó a ser un problema generalizado en el país, la Iglesia católica fue de las primeras instancias a las que sus familiares pidieron ayuda, negando todo tiempo de apoyo.
A la Iglesia católica no le convenía enfrentarse con el PAN, entre 2000 y 2012, que gobernó precisamente en la época de mayores niveles de desapariciones, de tal suerte que hizo caso omiso a las peticiones de los familiares de las víctimas.
Ahora que el clero católico intenta llenar sus recintos y con ello mostrar fuerza social, y, por lo tanto, política, la gente le da la espalda. Consideró la cúpula episcopal que el asesinato de los dos jesuitas le servirían a los mexicanos para regresar al redil de las misas y escuchar las manipulaciones públicas que desde el púlpito quieren imponer en la conducta social y política, pero el alejamiento de los mexicanos de la Iglesia católica es irreversible; sin embargo, el alejamiento de la derecha respecto al clero católico les preocupa a los sacerdotes que están conscientes que van a la zaga de la penetración de sus ideas en las sociedad mexicana,
La Iglesia esperaba un suceso como el asesinato de los jesuitas para emprender una ofensiva contra las autoridades actuales del país y terminó rezando por ellos.