Triques
La tendencia a abarcar otros terrenos que les permitan compensar la pérdida del subsidio a los medios de información habituados a cobrar por callar, difamar, mentir, denostar los llevó a buscar socios en los ámbitos más siniestros de la vida social de México.
Desde su nacimiento los medios en México han vivido de la publicidad del gobierno, entendida ésta como la mejor forma de blindar de críticas a las instituciones, nunca se usaron los medios para difundir servicios, anunciar productos o dar a conocer hechos de beneficio social. La publicidad pagada a los medios tenía implícita la prohibición de la crítica y, sobre todo, la sumisión de la redacción al poder.
Se acabó esa temporada y los medios no pueden dejar perder las ganancias de la extorsión y el chantaje contra el gobierno, muchos menos la sumisión y la dependencia ante el poder. Seguramente no lo pensaron mucho y de un día para otro los medios se convirtieron en juzgados, donde se legisla, se procesa y da sentencia por encargo.
Así se adueñaron de la parte más corrupta de la estructura del estado mexicano, el Poder Judicial. La explicación radica en que desde finales del siglo pasado, cuando comenzaban las alianzas electorales para mantener el poder, el PRI debía darle algo al PAN para no entregarle todo, sobre todo alejarlo de los espacios políticos, ya se vislumbraba una derrota del tricolor en las urnas y para no entregar espacios esenciales en la estructura del gobierno les fueron dejando al PAN todo lo relativo a este sector: prueba de ello es el nombramiento del panista Antonio Lozano gracia como procurador General de la República en el sexenio de Ernesto Zedillo. Y así se siguieron con policías, ministerios públicos, jueces, magistrados, etc.
El Poder Judicial no sólo es parte de la concentración mayor de corrupción en este momento sino un bastión del conservadurismo más rancio, la prueba son los amparos que se prestan a autorizar para impedir el desarrollo de las obras del actual sexenio. Es decir, la derecha no se une ahora sino que nunca se ha separado.
En esta complicidad el socio obligado es el PAN y sus seguidores de derecha en las alianzas electorales que tienen como bisagra para sus consignas y chantajes a sus socios de urnas a los medios.
La plataforma que le da oxígeno a un Poder Judicial corrupto y a unos partidos políticos en decadencia son los medios. En éstos se legisla hasta el exterminio de sus víctimas, aunque en la realidad se trate de personas inocentes. Los juicios mediáticos anteriormente deshacían carreras políticas y hasta provocaban suicidios; ahora, la población sabe perfectamente que los medios no informan son parte de la propaganda de un poder que se resiste a vivir el presente y tienen en sus enemigos la mejor manera de hacerse fuerte.
En el juzgado de los medios se puede acusar, señalar, afirmar que es culpable una persona mientras en la vida real no tener ni una investigación ni averiguación previa en su contra, y, cuando la hay los medios dan por hecho que cometió el delito del que se le acusa violando dos reglas elementales del país, el derecho a la información, y el hecho de que todos somos inocentes hasta que se compruebe lo contrario.
Los medios tienen sus propias reglas basadas en la extorsión, y esta acostumbre si bien ya no engaña a nadie suele repetirse con mayor insistencia en el interior del país donde se usa el chantaje para sacar dinero de gobiernos, empresarios y particulares en compensación al viejo subsidios que otorgaban los tres niveles de gobierno en el pasado.
Es decir, los partidos conservadores, el Poder Judicial y los medios son una parte muy importante del lastre que tiene México para avanzar a mejores niveles de vida y perfeccionar su democracia para darle más voz y voto a la población.
Los medios se dedicaron a callar a la sociedad, no sólo con sus mentiras sino prohibiendo la libertad de expresión que ahora dicen está desaparecida. Tenían el monopolio de la voz, de la verdad y de la mentira.