Los días 12 y 13 de julio pasados el presidente Andrés Manuel López Obrador realizó una visita de trabajo a la Unión Americana, para reunirse con su homólogo estadounidense Joe Biden y con la vicepresidenta Kamala Harris, así como con empresarios de ambos países. Se trata del tercer encuentro entre ambos mandatarios; el primero tuvo lugar en marzo de 2021 y el segundo en noviembre del mismo año.
Tras las divergencias por la Cumbre de las Américas y la tragedia migrante en Texas, el presidente López Obrador llegó a Washington con planes comunes para enfrentar los desafíos compartidos, aprovechando la oportunidad para exponer los temas prioritarios y los retos fundamentales en la relación bilateral, a fin de profundizar y extender una mayor cooperación que ofrezca, en términos reales, resultados más tangibles, y buscar un viraje que sea persistente en la dinámica y compleja relación que México mantiene con Estados Unidos.
La migración y la cooperación regional, el comercio y la cooperación económica, la inflación, la seguridad, el combate a la afluencia de fentanilo y la cooperación policial, la energía limpia, el clima y la seguridad alimentaria fueron algunos de los asuntos que se discutieron durante la visita y que se integraron al comunicado conjunto adoptado al final del encuentro, lo cual da cuenta de los consensos y compromisos específicos alcanzados por las dos naciones.
La migración estuvo en el centro de las prioridades. Ambos presidentes acordaron acelerar y ampliar los programas de cooperación para las comunidades más marginadas. También mantendrán fuertes políticas de control fronterizo, pero garantizando la plena protección de los derechos humanos, y crearán dos grupos de trabajo, uno sobre vías de migración laboral y protección de las y los trabajadores, y otro para fortalecer la respuesta transfronteriza a la migración infantil.
Asimismo, habrá nuevas medidas laborales para personas que buscan acceder a vías regulares de migración, y oportunidades de trabajo digno como alternativas viables. Al respecto, el presidente Biden informó que su Gobierno duplicará las visas de trabajo hasta ahora emitidas, y que en 2021 superaron las 300,000. Igualmente, trabajarán en el combate al tráfico ilícito de migrantes, particularmente luego de lo ocurrido en San Antonio.
En otras cuestiones relevantes, se acordó completar un plan conjunto de varios años de modernización de la infraestructura en la frontera. México invertirá 1,500 millones de dólares en este rubro entre 2022 y 2024. Igualmente, el presidente López Obrador propuso garantizar de manera inmediata para los automóviles estadounidenses el doble del abasto de combustible y puso a disposición del Gobierno de esa nación más de mil kilómetros de gasoductos a lo largo de su frontera sur, para transportar gas de Texas a Nuevo México, Arizona y California.
Respecto a la economía, el comercio y la seguridad alimentaria, México y Estados Unidos combatirán en forma conjunta la inflación, acelerando la facilitación del comercio bilateral y reduciendo los costos comerciales. También buscarán crear una fuerza de trabajo más inclusiva, mejor educada, más competitiva y capacitada.
En los esfuerzos para garantizar la seguridad alimentaria, nuestro país planea comprar hasta 20 mil toneladas de leche en polvo de Estados Unidos, en apoyo a las familias mexicanas de comunidades rurales y urbanas, y adquirir para pequeños productores hasta un millón de toneladas de fertilizante de subsistencia de maíz y frijol, así como alimentación animal.
Respecto al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, se acordó que durante la próxima Cumbre de Líderes de América del Norte, por celebrarse en nuestro país a finales de este año, se trabajará en asuntos como las cadenas de suministro y la producción regional, en tanto que el Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN), que se celebrará en septiembre próximo, se enfocará en crear corredores comerciales más seguros y eficientes, y en fomentar un entorno que promueva la inversión para generar más y mejores empleos.
En inversión, energía y seguridad, los esfuerzos se enfocarán en soluciones climáticas; en una región más verde y limpia; en generar fuentes de energía renovables; en el desarrollo del sur de México, donde se visualizan oportunidades para el comercio, la conservación y la energía limpia; en abordar retos como los desafíos del fentanilo, el tráfico de armas, el contrabando de personas y las organizaciones criminales, así como el abuso de drogas y las adicciones; entre otros.
La relación entre México y Estados Unidos en el contexto de las administraciones actuales inició con rispidez y desconfianza mutua, pero poco a poco las tensiones cedieron a una cooperación renovada, y se han concertado diversos acuerdos en materia de migración, combate a la pandemia y seguridad pública.
La visita del presidente López Obrador fue más allá de los desencuentros; la oportunidad se convirtió en acercamiento y en propuestas puntuales. El balance es positivo. Ambos mandatarios demostraron que la actualidad exige el diálogo constante y la colaboración.
Las propuestas que el presidente López Obrador llevó a la Casa Blanca tienen el total respaldo de la mayoría legislativa en el Senado. Vale la pena seguir trabajando ante cada reto que persiste y en temas pendientes, como el replanteamiento del uso y desarrollo de la tecnología y el cambio en el mercado laboral, la agenda verde y el combate al cambio climático.
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