Contracolumna
Como las salchichas, Morena es un partido hecho con lo peor de los desperdicios de la política.
En 2022 veremos la misma película del 2021: el arribismo y oportunismo de quienes pretenden a toda costa hacerse de las candidaturas a los gobiernos estatales.
En las pasadas elecciones que se llevaron a cabo en 15 estados de la república atestiguamos las pugnas internas entre las diferentes facciones que integran el Movimiento de Regeneración Nacional.
Lo peor de todo es que los gobernadores salientes están operando a favor de Morena, no importan los partidos que representan y los hicieron llegar al poder.
En Quintana Roo, por ejemplo, el gobernador Carlos Joaquín González ha antepuesto sus intereses personales a los del gobierno y de los partidos que lo impulsaron. En este caso PRD y PAN. El presidente Obrador le ofreció un cargo en su equipo de gobierno. Como lo ha hecho también con otros gobernadores como es el caso del priista Omar Fayad.
En Quintana Roo Mara Lezama encabeza las preferencias a pesar de que ha perdido simpatizantes. En 2016 se lanzó por primera ocasión como precandidata al gobierno municipal de Cancún pero se retiró de la contienda bajo el argumento de haber recibido amenazas de diversos grupos políticos. El ex gobernador Félix González Canto fue uno de ellos. Sin embargo, Mara persistió en su afán por gobernar y en 2018 obtuvo la más alta votación (191 mil sufragios a su favor).
Mara podría asegurar un triunfo para Morena en 2022 frente a una oposición inexistente. El propio gobernador de surgió de las filas del panismo y perredismo está entregado a Morena.
Morena ocupa hasta ahora 16 estados de la república pero ha perdido control en la capital del país y el Valle de México.
Después de las elecciones de 2018, Morena parecía vivir en un cuento de hadas. Pero los comicios de 2021 modificaron de manera importante el escenario político. Morena perdió la mayoría calificada en el Congreso, lo cual restó poder al presidente Obrador para hacer y deshacer a su antojo con el Poder Legislativo.
De ahí la importancia que tendrán los comicios de 2002 como preámbulo de lo que vendrá en los comicios presidenciales de 2024.
El año próximo habrá elecciones en los estados de Durango, Oaxaca, Aguascalientes, Hidalgo, Tamaulipas y Quintana Roo.
Formalmente las campañas comenzarán el 3 de abril y cerrarán el 1 de junio de 2022.
Las pre-campañas comenzarán al final de la primera semana de enero y concluirán el 10 de febrero. De acuerdo con la convocatoria de Morena se eligió a cuatro precandidatos por estado, dos mujeres y dos hombres, quienes se someterán a una encuesta espejo para definir a quien ocupará la candidatura.
En Quintana Roo, la alcaldesa de Benito Juárez (Cancún), Mara Lezama Espinosa encabeza las preferencias, y la lista incluye a la senadora Freyda Marybel Villegas Canché, su par José Luis Pech y el exdiputado federal Luis Javier Alegre Salazar.
Morena va a participar en coalición con los siguientes partidos: PT, PVEM y Nueva Alianza.
En el caso de Quintana Roo, Morena está brindando un espectáculo deleznable en la guerra interna por la candidatura. Todos se quejan de que el proceso interno es un “cochinero”. La misma base del partido está en contra de la manipulación de las “encuestas internas”.
Algunos han gastado millones de pesos buscando “comprar” la candidatura. La ambición ha cegado a los contendientes.
Marybel se ha quejado de que la militancia de Morena esté siendo engañada deliberadamente ofreciéndole un proceso legal, transparente y democrático cuando en realidad se está fraguando una negociación cupular.
Es la misma película que se está viviendo en cada uno de los estados en los que habrá elecciones el próximo año.
No obstante se viene imponiendo un silencio cómplice para obtener a cambio recompensasen caso de no ser favorecidos por el “dedo elector”.
Ante una situación adversa, el PRI como el ave Fénix se apresta a renacer de sus propias cenizas, al menos eso es lo que han prometido en los discursos.
Sin embargo, lejos de que el PRI se fortalezca parece que el partidos se enfrenta a su peor etapa que amenaza con su extinción de cara a las elecciones presidenciales del 2024.
En Quintana Roo, al menos de los seis estados en disputa, el PRI es casi inexistente.
Si bien Mara Lezama es la candidata favorita de las encuestas de Morena, hay que señalar que Mara ha perdido casi 20 por ciento de la votación entre la elecciones de 2018 y la de 2021.
No obstante el panorama que se vive en Quintana Roo, con altos niveles de desempleo y un malhumor social, Morena apuesta con Mara y el Partido Verde a apoderarse del gobierno estatal.
Mara es impulsada por grupos identificados con el viejo priismo y panismo, muy identificados con la corrupción que están obsesionados con el ejercicio del poder público para seguir enriqueciéndose con negocios al amparo del poder. El exgobernador Félix González Canto es uno de ellos. Un político pederasta que se enriqueció vilmente al amparo del poder y que se placea con total impunidad.
Mara tiene el respaldo presidencial y eso es más que suficiente para imponerse. Las encuestas internas son una simple simulación.
Así que no se hagan bolas, la candidata va a ser Mara Lezama con todo lo que eso implica.
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