La crisis en Pemex se ha agudizado de forma alarmante, con un aumento del 89% en el riesgo de trabajo en los últimos dos años, según el propio líder sindical Ricardo Aldana. Sin embargo, detrás de este informe de daños, se esconde un patrón de negligencia y corrupción que involucra directamente a Aldana y su red de influencia dentro del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM).
Bajo su liderazgo, Pemex ha enfrentado serias carencias en equipo industrial y de seguridad, lo que ha resultado en miles de observaciones por condiciones peligrosas e inseguras en las plataformas, las cuales pasaron de 5,318 en febrero de 2022 a 9,781 en abril de 2024. Si bien Aldana reconoce estos datos en su informe, lo que no menciona es su papel en la mala gestión de los recursos sindicales y su incapacidad para defender los derechos de los trabajadores ante la dirección de la empresa.
“Pemex atraviesa una fuerte crisis, quizás la mayor de su historia”, declaró Aldana, quien ha sido señalado en múltiples ocasiones por aprovecharse de su posición para desviar fondos y mantener un control férreo sobre el sindicato, mientras que los trabajadores continúan enfrentando situaciones laborales peligrosas. Sólo en 2023, se registraron 18 accidentes relevantes, siete de los cuales resultaron en la muerte de trabajadores afiliados al STPRM. En 2024, ya se cuentan 15 accidentes más con ocho fatalidades, reflejo de una ineficiencia que apunta directamente a la corrupción dentro del sindicato y la falta de inversión en condiciones laborales seguras.
Aldana ha intentado desviar la atención hacia el deterioro en los servicios de salud y la falta de insumos en las unidades médicas de Pemex, pero su liderazgo ha estado marcado por acuerdos poco transparentes que han dejado a miles de trabajadores sin los equipos necesarios para realizar sus labores de manera segura.
La situación es especialmente crítica en proyectos emblemáticos como la Refinería de Dos Bocas, donde los trabajadores han sido forzados a continuar sus actividades en condiciones deplorables. “A pesar de las dificultades descritas en materia de Seguridad, Salud y Empleo, no hemos dejado de operar”, declaró Aldana, intentando justificar la continua explotación laboral en beneficio de intereses personales y políticos.
A pesar de la crisis que enfrenta Pemex, el líder sindical ha utilizado su posición para proteger su propia red de poder, mientras la seguridad de los trabajadores y la estabilidad de la empresa se ven comprometidas por decisiones corruptas y negligentes.