Durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP29, celebrada en Bakú, Azerbaiyán, el Secretario General de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Haitham Al Ghais, generó un fuerte debate al afirmar que el petróleo y el gas natural son “un regalo de Dios” y que la prioridad en la lucha contra el cambio climático debería ser reducir las emisiones, sin discriminar entre las fuentes de energía. Esta declaración, hecha en un contexto de creciente presión global para reducir la dependencia de los combustibles fósiles, resalta las tensiones entre los países productores de petróleo y los defensores de una transición acelerada hacia energías renovables.
Al Ghais argumentó que los objetivos del Acuerdo de París no deben interpretarse como un mandato para eliminar el uso de combustibles fósiles, sino como una guía para limitar el aumento de la temperatura global mediante la reducción de emisiones. Según él, “el Acuerdo de París se centra en reducir las emisiones, no en elegir fuentes de energía”. Este enfoque, sostuvo, permite que tanto el petróleo como el gas sigan siendo parte del sistema energético mundial, siempre que se desarrollen tecnologías para reducir su impacto ambiental, como la captura y el almacenamiento de carbono.
Las tensiones entre producción de petróleo y transición energética
Las declaraciones de Al Ghais reflejan la postura de muchos países productores de petróleo, en particular aquellos de la OPEP, que han expresado su preocupación ante una transición energética rápida que pueda afectar sus economías. Estos países sostienen que el petróleo y el gas natural siguen siendo fundamentales para la estabilidad energética global, especialmente en regiones en desarrollo donde la infraestructura para energías renovables es limitada. En contraste, muchos gobiernos, organizaciones internacionales y defensores del medio ambiente argumentan que una reducción radical en el uso de combustibles fósiles es esencial para limitar el calentamiento global y evitar consecuencias catastróficas.
Desafíos en la reducción de emisiones sin abandonar los combustibles fósiles
El llamado de Al Ghais a centrarse en la reducción de emisiones plantea desafíos técnicos y económicos. Aunque existen tecnologías de captura de carbono que podrían reducir el impacto de los combustibles fósiles, su desarrollo y despliegue a gran escala es costoso y enfrenta limitaciones técnicas. Además, el sistema actual de producción y consumo de petróleo y gas genera una significativa cantidad de emisiones que no son fáciles de mitigar completamente. Por ello, críticos de esta postura sostienen que confiar en estas tecnologías sin reducir el uso de petróleo y gas es insuficiente para cumplir los objetivos del Acuerdo de París.
La presión internacional y el contexto de la COP29
En la COP29, los temas de reducción de emisiones y transición energética han ocupado un lugar central, y las palabras de Al Ghais no pasaron desapercibidas. Países y organizaciones no gubernamentales señalaron que, aunque la reducción de emisiones es clave, también lo es la transición hacia energías renovables como la solar y la eólica. En este contexto, las economías avanzadas y en desarrollo están presentando cada vez más planes nacionales para reducir su dependencia de los combustibles fósiles, en línea con los compromisos climáticos asumidos.
La postura de la OPEP, sin embargo, sugiere que la industria de los combustibles fósiles continuará presionando para mantenerse relevante en el panorama energético global, argumentando que la transición no debería comprometer la seguridad energética ni perjudicar el desarrollo económico de los países productores. Al Ghais enfatizó que el petróleo y el gas seguirán desempeñando un papel crucial en la economía global en las próximas décadas, especialmente para satisfacer la creciente demanda de energía en países en desarrollo.
El futuro de la política energética global
A medida que avanza la transición energética, la postura de la OPEP y sus países miembros podría llevar a un dilema en la política internacional: balancear el compromiso climático con la necesidad de energía asequible y accesible. Aunque el petróleo y el gas todavía dominan la matriz energética mundial, la presión para reducir su uso se intensifica cada año. La afirmación de Al Ghais sobre el petróleo como “un regalo de Dios” resonará en la COP29 y más allá, como un símbolo de los desafíos inherentes a una transición energética equitativa y sostenible.
Conclusión
La intervención de Al Ghais en la COP29 es un recordatorio de las tensiones que existen entre los objetivos climáticos y las realidades energéticas. Su llamado a no discriminar entre fuentes de energía refleja la posición de los países productores, que ven en los combustibles fósiles una base económica irremplazable. Sin embargo, con la creciente urgencia de mitigar los efectos del cambio climático, el debate sobre el futuro del petróleo y el gas en la economía global es más relevante que nunca.