Un feminicida mexicano acusado de estrangular a dos mujeres del estado de Utah, una de las cuales estaba embarazada de seis meses, con exactamente dos años de diferencia; se extradita el último jueves a Estados Unidos desde México.
El acusado, Juan Antonio Arreola-Murillo, de 41 años, ingresa en la prisión del condado de Salt Lake por cargos de homicidio agravado, robo agravado y hurto agravado; afirma la oficina del fiscal de distrito local en un comunicado el lunes, obtenido por el portal Law&Crime.
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El feminicida mexicano de los cheetos
Sonia Mejía, de 29 años y quien estaba embarazada de seis meses, fue asesinada el 9 de febrero de 2006 dentro de su residencia, luego de sufrir un robo, ser golpeada y estrangulada.
Los oficiales encuentran Cheetos derramados sobre la entrada, tanto dentro como fuera de la puerta principal, así como una botella de Coca-Cola; productos que, según el marido de la víctima, no se consumían ni guardaban en el departamento.
Por tanto, las huellas y el ADN se ingresan en las bases de datos del Gobierno, pero no dan de inmediato la identidad de un sospechoso.
Entre tanto, exactamente dos años después, el 9 de febrero de 2008, también se alega que el acusado asesina a Damiana Castillo, de 57 años. En este caso, una autopsia dictamina que la causa de la muerte fue asfixia por estrangulamiento.
Pruebas en la escena del crimen
Los investigadores obtienen pruebas de ADN, las cuales coinciden con las encontradas en la escena del crimen de Mejía.
Sin embargo, no es hasta 2016 que la base de datos proporciona la identidad del autor de los crímenes. Ello se debe a que ocho meses luego del segundo asesinato; Arreola-Murillo se le deporta a México y nunca regresa a Estados Unidos hasta el día de su extradición.
El fiscal de distrito del condado de Salt Lake, Sim Gill, explica a medios locales que un “rastro en papel” de la deportación del acusado permite a la Policía “conectar los puntos” y realizar un arresto.
Si es encontrado culpable, según medios locales, podría recibir la condena de cadena perpetua; sin posibilidad de pena de muerte, debido a restricciones diplomáticas a los imputados extraditados desde México.
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