La Embajada de China en Estados Unidos rechaza categóricamente los resultados del informe sobre los orígenes del Covid-19; se publica por la Oficina de la Directora de la Inteligencia Nacional de EE.UU., Avril Haines.
En un comunicado enviado por correo electrónico a Reuters, el portavoz de la Embajada, Liu Pengyu, declara:
“Las acciones de Estados Unidos de depender de su aparato de inteligencia en lugar de científicos para rastrear los orígenes del covid-19; son una farsa política completa”.
El vocero agrega que esto solo “socavará el estudio de los orígenes basado en la ciencia y obstaculizará el esfuerzo global de encontrar la fuente del virus“.
El reciente informe de la inteligencia estadounidense es una versión actualizada de un reporte que se publica en agosto y que se ordena por el presidente Joe Biden.
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Los orígenes del Covid-19 no son en un laboratorio
El documento concluye que el virus no se elabora como un arma biológica y que este tipo de alegaciones “se apoyan en afirmaciones científicamente inválidas“, al tiempo que señala que son “inconsistentes con la información técnica disponible sobre los coronavirus“.
Además, los expertos creen que las autoridades de China no tienen conocimiento de la propagación de la enfermedad antes de que surja el primer brote.
Sin embargo, en el texto del informe se detalla que el Instituto de Virología de la ciudad china de Wuhan (WIV, por sus siglas en inglés); “creó anteriormente quimeras o combinaciones de coronavirus similares al SARS“; si bien esto “no permite saber si el SARS Cov-2 fue creado genéticamente por el WIV“.
Pese a que el informe no vincula a las autoridades del gigante asiático con el origen de la pandemia, la inteligencia de EE.UU. manifiesta “la falta de cooperación de Pekín” para esclarecer la procedencia del virus. Además, se lamenta por las “numerosas lagunas de información relacionadas con los datos técnicos“.