Por Ariel Velázquez
CDMX: Saben las ONGS qué es lo que más contamina y qué industrias son las que más contaminan; saben qué metales matan o provocan enfermedades, pero no proceden a denunciar. Acusan que sólo es un sector el único que supuestamente contamina; “cargando todos los dados”, como lo han hecho contra la actividad agropecuaria y ganadería. Es evidente que las ONGs como Indignación y Greenpeace, exhiben sus intereses al estar acusando y particularizan un solo sector para atacar y sirva de “patito feo” o chivo expiatorio para justificar sus financiamientos de organizaciones del extranjero. Demostrado y sostenido por Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN (Cinvestav), de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y de la UNAM.
Cabe destacar que son toneladas de sustancias químicas que contaminan el acuífero de la península de Yucatán; “Hablamos de fosas sépticas, del uso de pesticidas, herbicidas, de fertilizantes. Los residuos urbanos y las labores antropogénicas dañan al acuífero; por ejemplo, por las actividades portuarias y presencia de agroquímicos, en lagunas costeras se han encontrado metales como estaño, cadmio y arsénico. Además, se han detectado metales en la orina y sangre de niños, como resultado de usos y costumbres, de la alimentación y consumo de agua que no cumple con los estándares de calidad.
Es de conocimiento que el acuífero de la Península de Yucatán, que contiene más del 30 por ciento del agua nacional, es vulnerable a la contaminación debido a la falta de regulación de actividades humanas, afirmó Flor Elisa Árcega Cabrera, investigadora de la Facultad de Química (FQ) en la unidad Sisal de la UNAM.
En los últimos diez años, mil 260 toneladas de plaguicidas se han descargado al acuífero de la península de Yucatán: 700 toneladas de bloqueadores solares de manera directa y 600 toneladas como descarga indirecta. En total, 2 mil 560 toneladas de sustancias químicas contaminan los sistemas acuáticos de Yucatán y Quintana Roo.
Y precisamente a esta situación “exhibicionista y manipuladora de Indignación A.C y Greenpeace, el vocero del Observatorio Científico Ciudadano del agua en Yucatán, Humberto Reyes Montiel, que agrupa a científicos que cuidan el medio ambiente integrantes del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN (Cinvestav), de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y de la UNAM, han testificado este proceso de producción; por decir la porcícola es altamente tecnificado. Reclama y acusa a las ONGs como Indignación y Greenpeace de manipular y mentir a las poblaciones mayas para que “las ataquen y siembran el odio contra las industrias”.
“El problema es que el grupo Indignación y ahora suma Greenpeace, motivan y manipulan a la población maya ignorante y les mienten con dolo; y la gente por eso se enoja y consecuentemente repudia y va en contra de fuentes de empleos y sostén de cientos de familias” que por grupo minúsculo manipulado afecta a la mayoría; “malditos granjeros”.
Es un crimen que están cometiendo estas dos instituciones, en aras de seguir recibiendo sus prebendas económicas como asociaciones civiles.
Afirma qué, si el tema es que la SEMARNAT y el estado de Yucatán, vigilen y obliguen a que todas las granjas que si contaminan cumplan con la norma. Y decirle a Indignación y Greenpeace que cierre lo que no cumpla, pero lo que cumpla no provoquen el cierre de unos empleos en industrias que si cumplen con la normatividad y sus certificaciones.
Especialista de la UNAM, sostiene que el acuífero de la Península de Yucatán, que contiene más del 30 por ciento del agua nacional, es vulnerable a la contaminación debido a la falta de regulación de actividades humanas, afirmó Flor Elisa Árcega Cabrera, investigadora de la Facultad de Química (FQ) en la unidad Sisal de la UNAM.
Y que urge desarrollar estrategias para proteger los bienes naturales de esa región, pues alberga uno de los principales sistemas cársticos del país, constituidos por roca caliza (con calcio), y cuya expresión superficial más conocida son los cuerpos de agua denominados cenotes.
La académica trabaja en el área de geoquímica ambiental y contaminación, y analiza el estado ambiental y los procesos que lo promueven.
“El objetivo es conocer la vulnerabilidad de los sistemas ambiental y social de Yucatán, y saber cómo se genera la contaminación; para ello, en colaboración con investigadores e instituciones de la región se examina la hidro geoquímica de la zona y los procesos asociados, considerando el contexto socioeconómico y cultural”.
Los residuos urbanos y las labores antropogénicas dañan al acuífero; por ejemplo, por las actividades portuarias y presencia de agroquímicos, en lagunas costeras se detectan metales como estaño, cadmio y arsénico. Además, se detectaron metales en la orina y sangre de niños, como resultado de usos y costumbres, de la alimentación y consumo de agua que no cumple con los estándares de calidad.
Por su parte, Elsa Noreña Barroso, investigadora de la misma entidad, destacó que contar con un acuífero cárstico facilita que se filtren rápidamente los contaminantes del suelo y se muevan a través de los numerosos conductos y fracturas, llegando a los pozos de abastecimiento de agua.
En el Laboratorio de Ciencias Ambientales Costeras, al cual está adscrita, se realizan monitoreos con el objetivo de hacer un seguimiento de la calidad del agua en diferentes puntos del acuífero, como cenotes y pozos de abastecimiento, así como en la zona costera.
Algunos de los contaminantes que se evalúan son los hidrocarburos provenientes de actividades petroleras, combustibles e incendios; los plaguicidas empleados en la agricultura, en campañas de salud o en productos para mascotas; los trihalometanos, compuestos volátiles formados a partir de reacciones del cloro con la materia orgánica del suelo, así como los contaminantes emergentes, en los cuales se engloban los productos farmacéuticos y de cuidado personal.
El grupo de Noreña Barroso ha detectado contaminantes orgánicos persistentes y emergentes en el acuífero costero de Yucatán, como plaguicidas organoclorados y organofosforados, hidrocarburos alifáticos y aromáticos, esteroles fecales, contaminantes volátiles y principios activos de productos empleados para el cuidado personal.
Estos resultados son preocupantes si se considera que Yucatán no es un sitio con alta densidad poblacional, es poco industrial y sus actividades agrícolas son menos, remarcó.
El grupo de Noreña Barroso ha detectado contaminantes orgánicos persistentes y emergentes en el acuífero costero de Yucatán, como plaguicidas organoclorados y organofosforados, hidrocarburos alifáticos y aromáticos, esteroles fecales, contaminantes volátiles y principios activos de productos empleados para el cuidado personal.
Estos resultados son preocupantes si se considera que Yucatán no es un sitio con alta densidad poblacional, es poco industrial y sus actividades agrícolas son menos, remarcó.
En el norte de Yucatán se usan con mayor frecuencia plaguicidas organoclorados y, en menor cantidad, organofosforados. Sus componentes se dividen en ingredientes activos e inertes: el activo es el tipo de plaguicida, y la dosis está acorde al número de hectáreas y el tipo de cultivo.
Asimismo, en el noreste de la Península, en el estado de Quintana Roo, se reportan en total 54 tipos de bloqueadores solares, 13 por ciento son clasificados como biodegradables y 87 por ciento, no biodegradables. En los bloqueadores biodegradables se puede leer en su etiqueta 82 ingredientes, y en los no biodegradables, 163. El destino final de todas las sustancias químicas son los ecosistemas de la Península.
La magnitud y el riesgo están relacionados al incremento de las actividades antropogénicas; es decir, en Yucatán, la intensidad de la agricultura: 5.3 por ciento del área total de Yucatán es utilizado para la agricultura. En cambio, en Quintana Roo, en 2018 arribaron 19 millones 839 mil turistas (Sedetur,2018).
Los plaguicidas son directamente aplicados por los agricultores a los cultivos siguiendo las instrucciones de uso, y los bloqueadores solares los utiliza principalmente el turismo para protección solar en actividades acuáticas, ya que 82 por ciento del turismo en Quintana Roo hace actividades marítimas bajo el sol.
La comunidad científica desde hace años ha indicado que el acuífero de la Península es vulnerable, debido a su geología y las actividades antropogénicas (Aguilar-Duarte et al., 2013; González-Herrera et al., 2018). A pesar de todo, se continúa contaminando el agua.
No podemos cambiar los efectos adversos en los ecosistemas acuáticos: es imposible removerlos del sistema; por lo tanto, todos estamos expuestos a sustancias químicas. Lamentablemente, es complejo conocer su dispersión y concentración exacta, debido a las características hidrológicas del acuífero de la Península, pero realmente, el principal factor de nuestras incertidumbres científicas es debido a que no existe un monitoreo real con participación multidisciplinaria interinstitucional e intrainstitucional. Necesitamos una agencia especializada para la protección del agua.
La presencia de sustancias químicas en la península de Yucatán afectará negativamente la salud de los ecosistemas acuáticos. No hay que perder de vista, que el acuífero representa una de las fuentes más importantes de agua dulce para uso humano en México; por lo tanto, es importante la participación del gobierno desde dos aspectos: 1) el establecimiento y la aplicación de límites máximos permitidos actualizados, y 2) la financiación de un riguroso programa de regulaciones de uso, aplicación y control.
Las sustancias químicas disueltas en el agua son un peligro; los análisis de riesgo ambiental y los datos generados por el grupo de trabajo de la Unidad de Ciencias del Agua, del laboratorio de Ecotoxicología, indican que existe riesgo ambiental. Por lo tanto, es importante estimar la magnitud de las descargas en los sistemas acuáticos de Quintana Roo, hacer pruebas de toxicología con especies acuáticas nativas, cuantificar los ingredientes activos en agua y biota. La contaminación del agua en la península de Yucatán es una realidad, en esta nueva era, el Antropoceno.
EL Acuífero de la Península de Yucatán, contaminado con varios químicos; su promoción al turismo internacional sobre la Cultura Maya, sigue siendo impulsado; mientras que sus herederos pasan por mil penurias por la falta de trabajo, y sus semillas nativas y la actividad apicultura están siendo amenazados por los transgénicos, y en éstas últimas décadas se afianza más la división comunitaria al usar programas clientelares que sólo están dirigidos a comprar voluntades y no al desarrollo en los momentos en que se avecina la crisis mexicana.
Hace un par de años se publicó en .la revista Environmental Pollution, los resultados de un estudio que indican que los productos como anfetaminas, cocaína, éxtasis, herbicidas, antibacterianos y derivados de diesel se están filtrando a los acuíferos de la Riviera Maya. Estos residuos contaminan el laberinto de cuevas acuáticas de la zona, uno de sus principales atractivos, y fluyen desde allí al mar Caribe.
El sistema acuífero de la península de Yucatán está contaminado con medicamentos, narcóticos, pesticidas y otros productos químicos, y se sospecha que el principal causante es el sector hotelero, advirtió un equipo de investigadores de México y Canadá, en un artículo difundido por varias agencias internacionales con base a lo publicado en una revista internacional.
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Según un estudio publicado en la revista Environmental Pollution, productos como anfetaminas, cocaína, éxtasis, herbicidas, antibacterianos y derivados de diesel se están filtrando a los acuíferos de la Riviera Maya. Estos residuos contaminan el laberinto de cuevas acuáticas de la zona, uno de sus principales atractivos, y fluyen desde allí al mar Caribe.
El investigador canadiense, que trabaja en la Universidad de Trent y pertenece al Instituto del Agua, Medio Ambiente y Salud de la Universidad de las Naciones Unidas, añadió que la utilización de aguas residuales en los campos de golf es habitual, especialmente en zonas donde escasea el agua dulce. El problema en el caso de Yucatán es que estos campos no están construidos sobre materiales impermeables que impidan la filtración. Aun así, la fuente más probable de la mayor parte de la contaminación son los hoteles, según Metcalfe.
“La tercera posibilidad, y es difícil obtener información aunque hay evidencias anecdóticas, es que los hoteles del área están inyectando sus aguas residuales en la zona de agua salada que está por debajo del acuífero de agua dulce”.
“Ese fue el método utilizado en Florida, que básicamente tiene la misma geología que Yucatán, para librarse de las aguas residuales. Pero fue prohibido hace 25 años. Si se está produciendo en México, es un grave problema”.
Mayor preocupación le causa la presencia del agente antibacteriano triclosán, que se utiliza en todo tipo de productos, desde pasta dental hasta limpiador de superficies, pero que se puede acumular en los tejidos de los peces. Ese compuesto, explicó Metcalfe, puede afectar al sistema endocrino y la tiroides, por lo que considera que es necesario realizar más investigaciones sobre su acumulación en la región.
Entre los pesticidas que en Yucatán se utilizan para la agricultura y están prohibidos en el resto del mundo están el aldrín, bieldrín edulsofano y el DDT.
Una de las personas que han alzado la voz para tratar de poner un freno a esta amenaza es el arqueólogo y espeleólogo yucateco Sergio Grosjean Abimerhi, con más de 10 años dedicado al rescate e investigación de los cenotes de la Península de Yucatán.
El investigador citó sitios como Kambul, en la comisaría de Noc-Ac; el Tza Itza, en Tecoh, así como La Guadalupana, en la población de Homún. Los dos primeros poseen partículas coliformes fecales, aunado a esta situación están las toneladas de basura depositadas en el fondo de este cenote, así como preservativos, botellas, plásticos, ventiladores, llantas y muebles que han sido arrojados durante años.
“Estos desperdicios no sólo ponen en grave riesgo a los visitantes, sino a las especies que habitan en esos pozos. En el cenote Kambul, donde hasta hace una década era evidente el dominio de especies como el pez ciego, ahora es muy difícil de observar”.
El secretario de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, Eduardo Batllori Sampedro, informó que desde el 2011 se han invertido recursos para la limpieza y rescate de unos 50 cenotes ubicados en más de 10 municipios de la entidad.
Indicó que esos trabajos regresaron el esplendor a esos ojos de agua subterráneos, para sumarlos a los atractivos que tiene Yucatán, con el objetivo de atraer turistas de otros puntos de la entidad y del extranjero.
“Estamos trabajando en puntos como Huhí, Homún, Seyé, Tecoh, Acanceh, Cuzamá, área denominada anillo de cenotes, conformado por más de 50 de ese tipo de ecosistemas”.
El funcionario estatal indicó que por ahí se filtra agua que alimenta a las plantas potabilizadoras de Mérida, por ello el saneamiento de los cenotes no significa nada más la limpieza superficial y subacuática, sino buscar puntos de contaminación.
Reconoció que el tema del rescate y saneamiento de los cenotes es un trabajo grande y arduo “pero poco a poco hemos ido hacia adelante y tenemos que entender que este es un asunto que necesita no solo del apoyo del gobierno, sino de todos los ciudadanos, en especial de las comunidades que viven en sus alrededores.
Integrantes del Consejo Ciudadano por el Agua de Yucatán advirtieron riesgos del acuífero de la península, sus cenotes y ojos de agua por la contaminación y los problemas causados por la extracción desmedida a niveles industriales.
Miembros de unas 30 organizaciones que conforman esa instancia civil expusieron que esta situación no es privativa de Yucatán sino en todo el país, donde la crisis del agua es un hecho alarmante; a la vez hicieron sus propuestas para buscar soluciones sin afectar a terceros.
Sin embargo, alertaron de la contaminación, en especial en áreas urbanas por fosas sépticas y sumideros, así como grandes extensiones de ganadería en el medio rural del estado.
En el corredor industrial de Hunucmá existe ya un conflicto por la sobreexplotación del manto subterráneo por parte de la cervecera Modelo, que tiene una concesión para extraer durante 10 años siete millones de metros cúbicos anuales, lo que ya ha provocado perjuicios en la disponibilidad de agua de las comunidades cercanas.
Teresa Denegri Vauhgt, de la Red Ciudadana por la Sostenibilidad de Yucatán; Yameli Aguilar, de la Asociación de Estudios sobre el Karst; Cuauhtémoc Jacobo, del Arca de Noé, y Alberto Rodríguez, del Consejo Maya del Poniente Chi Kin Ha, son algunos de los integrantes que se pronunciaron a favor de garantizar la distribución equitativa y prioritaria del agua a toda la población; son ONGs responsables y que realmente ayudan y no frenan la economía; el desempleo y mucho menos condenan a las industrias; buscan soluciones.