Petróleos Mexicanos (Pemex) enfrenta una situación compleja que plantea serios retos para la economía del país. A pesar de recibir apoyos gubernamentales que ascienden a 2.1 billones de pesos, según datos de México Evalúa, la petrolera continúa con problemas de productividad y una carga operativa que complica su sostenibilidad a largo plazo.
En un análisis reciente, México Evalúa reveló que, al cierre del 2023, los gastos operativos de Pemex representaron el 93% de sus ingresos, muy por encima del 67% que presenta su contraparte noruega Equinor, una empresa con ingresos y reservas petroleras comparables. Esta diferencia sugiere una ineficiencia significativa en la gestión de recursos y una estructura de costos que limita la capacidad de Pemex para generar utilidades.
Ana Lilia Moreno, investigadora de México Evalúa, explicó que la productividad por trabajador en Pemex es 44.4% menor a la de Equinor. Mientras cada trabajador en la empresa noruega genera ingresos por 1,553 dólares, en Pemex apenas se alcanzan los 864 dólares. Este desequilibrio se ve exacerbado por el hecho de que Pemex tiene el doble de plazas y gasta 1.8 veces más en nómina y beneficios a empleados, lo que resalta la necesidad de una reestructuración profunda en la empresa.
A lo largo del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, Pemex ha recibido múltiples apoyos fiscales y transferencias que, si bien alivian su deuda a corto plazo, no solucionan los problemas estructurales de la empresa. Mariana Campos, directora general de México Evalúa, subrayó que, aunque históricamente Pemex ha sido un pilar para las finanzas públicas mexicanas, esta dinámica ha cambiado. Los ingresos del gobierno provenientes de la petrolera han disminuido, poniendo en riesgo la estabilidad económica del país.
Las transferencias directas desde la Secretaría de Energía (Sener) alcanzaron los 1.14 billones de pesos, 2.4 veces más que durante el gobierno anterior. A esto se suma la reducción en la tasa del Derecho de Utilidad Compartida (DUC), que pasó de 65% a 30%, proporcionando un alivio fiscal de 865,000 millones de pesos hasta finales del 2023.
Con la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia, se anticipa que el apoyo a Pemex continuará. No obstante, Rogelio Ramírez de la O, quien permanecerá como secretario de Hacienda, ha reconocido que la reestructuración de la deuda de la petrolera será un proceso prolongado y complejo.
La situación de Pemex subraya la urgencia de replantear su estrategia operativa y financiera. El enfoque no debe limitarse a inyecciones de capital, sino a la implementación de políticas que mejoren la eficiencia y competitividad de la empresa. Una posible solución podría ser la optimización de su estructura laboral y la inversión en tecnologías que permitan una operación más eficiente y sostenible.
La transformación de Pemex no solo es crucial para la empresa misma, sino también para la estabilidad económica de México. Un Pemex fuerte y eficiente puede contribuir de manera significativa al desarrollo del país, pero esto solo será posible si se toman las decisiones adecuadas en el corto plazo para garantizar su viabilidad a largo plazo.