Petróleos Mexicanos (Pemex) enfrenta una situación financiera crítica que, de no cambiar su modelo de operación, podría poner en riesgo su viabilidad a largo plazo. En este contexto, la organización México Evalúa sugiere que la empresa explore asociaciones con el sector privado como una vía para mejorar su desempeño y asegurar su sostenibilidad.
Durante un seminario reciente, especialistas de México Evalúa destacaron las diferencias entre Pemex y la petrolera noruega Equinor, que a pesar de tener capacidades de producción y niveles de ingresos similares, generan impactos económicos muy distintos en sus respectivos países. Mientras que la contribución de Pemex al PIB mexicano es apenas del 1.1%, Equinor aporta el 14% del PIB de Noruega.
Jorge Cano, coordinador del programa de gasto público de México Evalúa, señaló que una de las diferencias fundamentales entre ambas empresas es la apertura de Equinor al capital privado. En Noruega, Equinor tiene un 33% de participación privada, mientras que el gobierno noruego conserva el 67% restante. Además, la industria petrolera noruega permite que empresas privadas participen en la exploración, extracción y producción de crudo, algo que contrasta con el monopolio de Pemex en México, que controla el 95% de la producción petrolera del país.
“En Noruega, el sector privado juega un papel significativo en la industria, pero el gobierno mantiene una posición dominante, asegurando que el Estado se beneficie directamente de la rentabilidad de los pozos donde invierte”, explicó Cano.
Mariana Campos, directora general de México Evalúa, advirtió que la falta de recursos del gobierno para inversiones esenciales en Pemex está limitando el potencial de la empresa para aumentar su producción. Ante este escenario, la inversión privada podría ser una solución viable para atraer capital y tecnología que permitan a Pemex aumentar su eficiencia y competitividad.
“Con un gobierno que no tiene recursos suficientes para las inversiones que Pemex necesita, la colaboración con el sector privado se vuelve no solo importante, sino necesaria”, afirmó Campos.
Carlos Sales, académico del ITAM, identificó tres condiciones clave para que las asociaciones con el sector privado sean efectivas: primero, seleccionar a los socios adecuados, es decir, empresas con experiencia comprobada, capacidad técnica y financiera. Segundo, establecer contratos claros y justos que aseguren las mejores condiciones y una mayor renta petrolera para el Estado mexicano. Finalmente, implementar un seguimiento riguroso de las asociaciones para garantizar el cumplimiento de los acuerdos y, en caso necesario, corregir o sancionar cualquier irregularidad.
El camino hacia la apertura de Pemex al capital privado no será sencillo y requerirá una transformación profunda en la forma en que la empresa opera y se relaciona con el sector privado. Sin embargo, con las condiciones adecuadas, esta estrategia podría representar una oportunidad para que Pemex recupere su estabilidad financiera y contribuya de manera más significativa a la economía nacional.
Al adoptar un enfoque similar al de Equinor, Pemex no solo podría aumentar su producción, sino también mejorar su eficiencia y reducir su carga financiera, garantizando así su viabilidad en el largo plazo.