En los primeros nueve meses de 2023, Petróleos Mexicanos (Pemex) ha reportado una producción de crudo de mil 595 millones de barriles diarios, lo que representa un marcado descenso del 5.8% en comparación con el mismo período de 2022. Esta cifra marca un hito sombrío, ya que es la producción de crudo más baja para un período similar desde 1979, cuando se extrajeron 1.417 millones de barriles diarios.
La caída en la producción de crudo de Pemex es un reflejo de los desafíos que enfrenta la empresa estatal mexicana en medio de yacimientos mayormente maduros y una dinámica cambiante en la composición de los crudos extraídos en el país. Durante el último año, ha habido un aumento significativo en la extracción de crudo pesado, que ha experimentado un aumento del 3.1%, alcanzando un volumen de 965,579 barriles por día en 2023. Por otro lado, la producción de crudo ligero ha descendido en un 4.7%, situándose en 479,504 barriles diarios, mientras que la producción de petróleo súper ligero ha sufrido un drástico descenso del 40.8%, con un volumen de producción de 150,456 barriles por día.
Este cambio en la composición de los crudos producidos por Pemex tiene implicaciones significativas para la empresa y para México en su conjunto. En la última década, la producción de petróleo crudo de la empresa estatal, que anteriormente representaba la gran mayoría de la producción nacional, ha disminuido en un 36.7%. Este declive ha afectado principalmente a la producción de crudo pesado, que ha caído en un 29%, la producción de crudo ligero ha disminuido en un 43%, y la producción de crudo súper ligero ha experimentado una disminución asombrosa del 51 por ciento.
Lo que es aún más revelador es el cambio en la proporción de estos tipos de crudos en la producción total reportada por Pemex. En septiembre de 2023, el crudo pesado representa el 60.5% del total de la producción, en comparación con el 54% que se reportaba hace una década. El crudo ligero ahora representa el 30% del total, en contraste con el 33% en 2013. Por otro lado, la contribución del crudo súper ligero ha caído de un 12% a un 9.4% del total reportado por Pemex.
La densidad del petróleo extraído tiene un impacto directo en su valor en los mercados internacionales. El American Petroleum Institute (API) clasifica los crudos en función de su densidad, considerando crudos por debajo de 30 grados API como pesados y por encima de 30 grados API como ligeros. En México, se dividen en tres tipos según su densidad: Olmeca (extra ligero), Istmo (ligero) y Maya (pesado).
El crudo Olmeca es considerado “extra ligero” debido a sus propiedades que lo convierten en un buen productor de lubricantes y petroquímicos. Esto se debe a su densidad de 0.83 gramos por centímetro cúbico, 39 grados API y un bajo 0.8% de azufre en peso. Por otro lado, el crudo Istmo se considera “ligero” y es ideal para la producción de gasolina y destilados intermedios debido a su densidad de 0.87 – 0.83 gramos por centímetro cúbico, 32 grados API y 1.3% de azufre en peso.
Finalmente, el crudo Maya, clasificado como “pesado”, tiene un rendimiento relativamente bajo en la producción de gasolina y diésel debido a su densidad de 1.0 – 0.92 gramos por centímetro cúbico, 22 grados API y un 3.3% de azufre en peso. A pesar de esto, el crudo Maya es una fuente fundamental de energía para uso doméstico en México y constituye casi dos tercios de la producción total en el país.
Dada la importancia de diversificar la mezcla productiva y desahogar la producción de crudo pesado, se ha puesto énfasis en la puesta en marcha de la refinería Olmeca en Paraíso, Tabasco. La Secretaría de Hacienda ha reconocido que se ha destinado una inversión de 20,000 millones de dólares a esta refinería, lo cual es 2.5 veces más de lo que se comprometió en su inicio en 2019.
La refinería de Dos Bocas en Paraíso tendrá la capacidad de procesar 340,000 barriles diarios de crudo. Aunque no funcionará al 100% de su capacidad, la dirección de Pemex asegura que operará al menos al 90% de su producción. Esto contribuirá significativamente a desahogar la producción de crudo mexicano, especialmente del tipo pesado, que representa una parte considerable de la extracción petrolera en México.
Este esfuerzo por diversificar la mezcla productiva y aumentar la eficiencia en la producción de crudo es esencial para el futuro de Pemex y para la estabilidad energética de México.