Pemex, la empresa productiva del estado que enfrenta una deuda de más de 100 mil millones de dólares, problemas en la refinación, el lento inicio de la refinería Olmeca en Dos Bocas y el constante robo de combustible, ha sumado una nueva controversia: un violento conflicto sindical.
A pesar de los esfuerzos de Octavio Romero Oropeza y la inminente llegada de Víctor Rodríguez Padilla a la dirección de Pemex, los desafíos no han disminuido. Esta semana, a pocos días de la transición presidencial, un nuevo escándalo sacudió las instalaciones del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM).
Un grupo de aproximadamente 30 personas, vinculadas a una facción disidente del sindicato, irrumpió violentamente en la sede ubicada en la colonia Guerrero de la Ciudad de México, dejando al menos cinco personas heridas.
Disidentes Sindicales Encabezados por Rubén Choreño Morales
El asalto ocurrió la mañana del jueves, cuando un grupo de seguidores de Rubén Choreño Morales, quien se autodenomina líder del sindicato, ingresó a las instalaciones alrededor de las 07:30 horas. A pesar de sus repetidos intentos de obtener el reconocimiento oficial de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social desde 2019, Choreño Morales no ha logrado su validación como secretario general.
En una rueda de prensa posterior al incidente, Fernando Navarrete Pérez, presidente del Consejo General de Vigilancia del STPRM, detalló que, tras la llegada de las autoridades, los atacantes huyeron del lugar. “Hicimos lo que nos correspondía, emitimos la alerta y solicitamos la intervención de las autoridades”, declaró Navarrete.
El enfrentamiento resultó en una trifulca que dejó al propio Choreño Morales gravemente herido, ensangrentado y tendido en la acera frente al sindicato.
La Versión Oficial del Sindicato
En un comunicado emitido por la noche, el STPRM afirmó que las instalaciones fueron atacadas por un grupo de personas armadas con herramientas, lideradas por Rubén Choreño Morales, quien se autoproclama como secretario general. Los agresores destruyeron puertas y ventanas, y atacaron a empleados que ya se encontraban laborando en el lugar.
El sindicato recordó que Choreño Morales fue expulsado de Pemex y del sindicato en 1992, y que, en abril de este año, el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral declaró improcedente su solicitud de modificación de la directiva sindical. La organización reiteró que no reconoce ninguna de sus acciones o reclamos de liderazgo.
El conflicto dentro del sindicato petrolero sigue escalando, y el futuro de la organización se ve cada vez más incierto en medio de la inestabilidad que caracteriza a los últimos días de la actual administración.