Un trágico incidente ocurrió en la madrugada del sábado 28 de septiembre en la refinería Olmeca de Dos Bocas, donde perdió la vida el trabajador petrolero Alejandro Jiménez, originario de Agua Dulce, Veracruz. Aún se espera un pronunciamiento oficial por parte de Pemex sobre lo sucedido, pero las primeras versiones sugieren que el empleado, conocido como “El Chupón”, habría sufrido una intoxicación mientras realizaba mediciones en el confinamiento de tanques.
Jiménez, quien había logrado su planta el año pasado dentro de la empresa, era muy conocido en su comunidad. Nacido en la colonia El Naranjal, destacaba no solo por su labor como trabajador petrolero, sino también por su participación en la liga local de fútbol, donde jugó para varios equipos.
Hasta el momento, no se ha ofrecido un informe detallado por parte de Pemex respecto a las causas exactas del accidente o las circunstancias que llevaron a la intoxicación. Según fuentes cercanas, Jiménez estaba realizando tareas relacionadas con el control de niveles y mediciones de los tanques en una zona de confinamiento dentro de la refinería, un área conocida por el manejo de productos altamente tóxicos y volátiles, lo que podría haber provocado la inhalación de gases peligrosos.
El suceso ha conmocionado a la comunidad de Agua Dulce, donde Alejandro Jiménez era muy querido por su carisma y su constante participación en actividades deportivas. La pérdida de su vida pone nuevamente en el centro de atención las condiciones de seguridad dentro de las instalaciones de Pemex, especialmente en áreas de alto riesgo como la refinería de Dos Bocas, que recientemente ha estado bajo escrutinio debido a retrasos en su construcción y problemas operativos.
El accidente también arroja luz sobre los desafíos que enfrentan los trabajadores petroleros en la región, quienes a menudo lidian con condiciones laborales peligrosas, como la exposición a gases tóxicos y la falta de equipos de protección adecuados. Aunque la refinería de Dos Bocas ha sido un proyecto emblemático del gobierno, los problemas de seguridad y las complicaciones operativas persisten, afectando no solo a la infraestructura sino también a la vida y bienestar de los trabajadores.
La familia de Alejandro Jiménez y la comunidad de Agua Dulce están a la espera de más información sobre el accidente y de la intervención de las autoridades competentes para esclarecer los hechos y, en su caso, tomar las medidas necesarias para evitar que tragedias similares se repitan.