En un tiempo decisivo y progresista para la región de América Latina y el Caribe, el candidato Gustavo Petro, de la coalición Pacto Histórico, ganó la Presidencia de Colombia este 19 de junio, luego de celebrarse una segunda vuelta electoral tensa y reñida. Por primera vez en la historia y luego de una lucha incansable, llega la izquierda al Gobierno. El hoy presidente electo es el primero de ocho candidatos izquierdistas en lograrlo.
Con el 50.44 por ciento de los votos, Petro se impuso al empresario Rodolfo Hernández del movimiento Liga de Gobernantes Anticorrupción, quien obtuvo el 47.3 por ciento. Al término de la jornada se contabilizó una participación récord del 58.09 por ciento: la mayor registrada hasta ahora.
Se trató del tercer intento de Petro por llegar al Ejecutivo colombiano, pues en 2010 y 2018 también contendió por el cargo. En 2010 alcanzó el 9.1 por ciento de la votación total y quedó en cuarto lugar en primera vuelta. En 2018, pasó a la segunda ronda con el 25 por ciento de los votos, pero perdió frente al actual mandatario Iván Duque (quien obtuvo un 53.98 por ciento frente al 41.81 por ciento de Petro). En la elección actual, alcanzó el 40.33 por ciento del apoyo del electorado en la primera vuelta el pasado 29 de mayo.
En su trayectoria política, el líder de la izquierda colombiana se ha desempeñado como personero y concejal de Zipaquirá, congresista en la Cámara de Representantes, agregado en la Embajada colombiana en Bélgica, alcalde de Bogotá y senador durante dos periodos legislativos. Particularmente, fue reconocido como uno de los senadores más destacados, por su labor en los escándalos de intromisión de paramilitares en la política y por su gestión en los asesinatos extrajudiciales a manos del Ejército.
Siendo alcalde de Bogotá, fue destituido luego de una investigación por la crisis del sistema de recolección de basura en esa ciudad. Apeló su defensa ante la multitud congregada y, posteriormente, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ordenó su restitución en el cargo. Analistas apuntan a que este hecho (la imagen de un perseguido por la clase política tradicional) fue la pauta que lo impulsó a convertirse en el líder de izquierda que es hoy. Por otra parte, ha sido duramente criticado, principalmente por sus oponentes políticos, por haber pertenecido a la guerrilla del M-19.
Petro es un representante de las esferas políticas opuestas al exmandatario Álvaro Uribe, cuya corriente y grupo han dominado la política colombiana desde inicios del siglo XXI. Entre sus promesas, plantea transformar el sistema económico de su país, para combatir la desigualdad; ampliar los programas sociales; ofrecer educación superior pública gratuita; unificar el sistema de pensiones; garantizar un ingreso mínimo vital para personas mayores y madres cabeza de familia; aprobar una nueva reforma fiscal; reencauzar al país hacia la industria y la agricultura nacionales; detener la exploración petrolera; continuar con el proceso de paz; implementar un nuevo paradigma en la lucha contra las drogas, y crear una fiscalía anticorrupción y un ministerio de igualdad. En la agenda externa, las relaciones con Estados Unidos y con Venezuela se replantearán.
Junto con Petro, llega a la Vicepresidencia Francia Márquez, la primera mujer afroamericana en ocupar ese cargo, y con un papel protagónico en la campaña. Ella se dio a conocer por su activismo como ambientalista y líder de su comunidad, luego de defender los derechos colectivos de la población negra contra grandes empresas mineras. En 2018 ganó el premio Goldman, el Nobel ambiental a nivel mundial. Tras el triunfo, afirmó que trabajará por los derechos de las mujeres colombianas.
Para la nación sudamericana, el triunfo de Petro representa un giro al poder y a la política tradicional que allí ha regido. La izquierda llega como corolario de una ola de descontento social con la clase gobernante, la desigualdad, el estancamiento económico y los estragos de la pandemia de COVID-19. Petro y Márquez son luchadores sociales que aseguran un país más incluyente, igualitario y próspero.
A la par de la situación política y el panorama económico-social nacionales, Petro enfrentará contrapesos a su gestión, como los siguientes: la Corte Constitucional; el Congreso recién elegido en marzo pasado y donde el virtual próximo mandatario no logró la mayoría; los organismos de control, como la Procuraduría General; los mercados y el Ejército.
Algunos presidentes de la región —los de Argentina, Cuba, Venezuela y Chile— ya han aplaudido el triunfo electoral de la izquierda en Colombia, al igual que el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien lo ha calificado como histórico.
En el Senado de la República seguiremos trabajando para fortalecer la relación con el nuevo Gobierno colombiano e impulsar nuevos vientos de cambio en América Latina. Esperamos que éstos traigan consigo bienestar, prosperidad, crecimiento e igualdad para nuestras sociedades y para toda la región.
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