Sin Remitente
En Tabasco, el PAN es un fantasma que deambula sin espantar a nadie. Perdieron hasta el registro en las elecciones pasadas.
De aquel partido que llegó a tener representación en el Congreso del Estado y alcaldías, hoy no queda nada. Solo el recuerdo.
Los fantasmales dirigentes de hoy no representan a nadie en los hechos. Unos cuántos atienden su patético llamado para (re) afiliarse, y un grupo de jóvenes optimistas que están peleando causas desde el partido equivocado.
La lucha de los foráneos dirigentes simplemente es estéril. Sin financiamiento local y sin ninguna oportunidad de que vuelvan los tiempos en que más de uno se beneficiaron de los cargos públicos federales cuando ganaron la Presidencia o gobiernos locales, su llamado cae en el vacío entre aquellos que alguna vez fueron figuras y aglutinaron seguidores.
Los que alguna vez lo dirigieron en los tiempos de las vacas gordas, disfrutan ahora de sus frutos mal habidos o de sus complicidades sin importarles realmente lo que suceda en su otrora PAN.
En el PAN el futuro es también inexistente en Tabasco. Su inclusión en una eventual alianza con el PRI y el PRD en la elección del 2024 no pasa de una estrategia fallida y absurda. Aportan solo las siglas del partido que mantiene el registro nacional.
En Tabasco, el puñado de panistas son solo rémoras a la espera de ver qué le tiran los perredistas y priistas que para no variar están igual en peligro de extinción.
Si cuando tuvieron todos los recursos durante los 12 años que gobernaron el país o los gobiernos municipales no pudieron o no quisieron consolidar las estructuras partidistas ni lograr significativas representaciones en el Congreso del Estado y en los Ayuntamientos, hoy simplemente no lograrán nada ya .
Los panistas en Tabasco están condenados a desaparecer, a extinguirse, aunque sus dirigentes esperen un milagro que nunca llegará para que puedan resurgir de las cenizas. Nunca más.