Rita Ortiz García de León
Nutrióloga / Educadora en diabetes
Salud y Nutrición
El sobrepeso y la obesidad son una acumulación anormal o excesiva de grasa en el cuerpo que se corresponde con un aumento de peso corporal las personas que viven con obesidad frecuentemente lidian con frustración y recaídas.
De acuerdo con los resultados preliminares de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018 (ENSANUT), el 40.2% de las mujeres y el 30.5% de los hombres encuestados tuvieron obesidad. Múltiples son los factores que predisponen al aumento de peso, uno de ellos es la alimentación inadecuada.
En la ENSANUT 2016 de medio camino se identificó que los principales obstáculos para alimentarse saludablemente fueron la falta de dinero para comprar frutas y verduras (50.4%), falta de conocimiento (38.4%) y tiempo (34.4%) para preparar alimentos saludables, falta de una alimentación saludable en la familia (32.4%), preferencia por consumir bebidas azucaradas y comida chatarra (31.6%), falta de motivación (28.3%) y desagrado por el sabor de las verduras (23%). El 81.6% de la población adulta gusta del sabor de las bebidas azucaradas, sin embargo, la mayoría (92.3%) no las consideran saludables.
La obesidad tiene una estrecha relación con la hipertensión arterial, que se asocia a las enfermedades cerebrovasculares y que acelera el deterioro de la función renal. También está vinculada al depósito anormal de grasa en el hígado (esteatosis hepática o hígado graso), que puede evolucionar a cirrosis hepática. Es bien conocida la relación entre el exceso de grasa y distintos tipos de cáncer; entre ellos, el cáncer de mama, ovario y colon.
Existen dos tipos de obesidad:
1. Obesidad central, androide o de manzana. La obesidad central se caracteriza por la acumulación de la grasa alrededor del área abdominal. Existe una menor captación hepática de insulina, con resistencia a la insulina y se vincula con el síndrome metabólico. Las personas con este tipo de obesidad son menos complejas para bajar de peso.
2. Obesidad periférica, ginecoide o de pera. La obesidad periférica se caracteriza por que la grasa se acumula en las nalgas y en las piernas. Tiene menos relación con el síndrome metabólico; pero se relaciona con mayores problemas circulatorios. Este tipo de obesidad conlleva a una hiperplasia (aumento de tamaño de un órgano o de un tejido debido a que sus células aumentan en número) de las células grasas. Las personas con este tipo de obesidad son más difíciles y complejas para bajar de peso.
El sobrepeso y obesidad en México son un problema creciente, que no se estanca; y se encuentra en zonas ricas, pobres, rurales y urbanas de nuestro país. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) indica que México tiene una de las tasas más altas de obesidad de entre los países integrantes de ese organismo.
En ese sentido, la OCDE coloca a México en el segundo lugar de las naciones con mayor índice de obesidad, “la tendencia comienza a una edad temprana, y los niños mexicanos son los más propensos a desarrollarla, sobre aquellos infantes promedio que viven en el conjunto de países integrantes de ese organismo.
El tratamiento nutricional de la obesidad debe estar basado en alcanzar los objetivos de reducir la morbimortalidad e incrementar la calidad de vida. La reducción de los niveles de colesterol y triglicéridos; el control estricto de la presión arterial y una reducción de peso razonable son aspectos que reducen la morbimortalidad.