Janet Galindo
En diversas ocasiones, el Sistema de Alerta de Tráfico y Evasión de Colisión (TCAS, por sus siglas en inglés) evitó una tragedia en los cielos mexicanos. Dichos incidentes fueron analizados por expertos en seguridad aérea, que, entre otros factores, identificaron como responsable al rediseño del espacio aéreo, implementado en el país desde hace casi un año.
Durante la conferencia de prensa convocada por el Colectivo Más Seguridad Aérea Menos Ruido, el Capitán Jaime Leonardo del Río, María Larriva Sahd y el economista Alfredo Acle Tomasini expusieron sus hallazgos y conclusiones en torno a las deficiencias del nuevo rediseño y porqué representa un riesgo latente para la población.
Con respecto al TCAS, el capitán Leonardo del Río, quien trabajó en Mexicana de Aviación por 25 años y nueve en Interjet, explicó que dicho sistema alerta a los pilotos de una proximidad peligrosa con otras aeronaves y de una posible colisión, sugiriendo acciones correctivas en caso de amenaza.
La acción del piloto es inmediata en ese caso desconecta el piloto automático e inicia un ascenso o descenso (dependiendo de la situación) que puede llegar a ser de hasta 6 mil pies por minuto. Esto es 100 pies por segundo (47.5 metros por segundo). Una vez superado el conflicto, estabiliza de nuevo altura y rumbo.
El TCAS es, en resumen, el último recurso que tienen los pilotos para evadir una colisión.
Al respecto, María Larriva Sahd, que cuenta con más de 27 años de experiencia como Controladora de tránsito aéreo y 35 como instructora y asesora de aviación, presentó videos que muestran una serie de incidentes que no terminaron en una tragedia aérea gracias a la intervención del TCAS.
Las grabaciones tomadas de aplicaciones que muestran información en tiempo real sobre el tráfico aéreo fueron entregadas a los especialistas de forma anónima, y aunque reconoce que no hay forma de realizar al momento una investigación para determinar las causas totales del incidente, si se puede hablar de los factores contribuyentes.
Entre estos últimos destacó el mal rediseño del espacio aéreo, el cual, dijo, fue realizado por controladores con poca experiencia y que no tuvieron asesoramiento de otras áreas, como ingenieros en aeronáutica o entidades internacionales; además de que no se probaron los procedimientos en un simulador de control de tráfico aéreo para ver cómo funcionaba, cuál es su capacidad o si puede manejar muchos aviones, entre otras cuestiones.
Tampoco se revisó la proximidad con la orografía, lo cual es “peligrosísimo” y mencionó que es evidente que no se siguieron las normas internacionales porque los aviones están pasando muy cerca de las montañas en todas las llegadas que diseñaron.
Asimismo, acusa que muchas veces comisionan a controladores que no tienen expertise y sin que estos practiquen. Aunado a que los ascensos se están dando por “dedazo”.
Con respecto al factor humano, María Larriva comentó que se están excediendo las jornadas legales para los controladores, pues hay quienes trabajan diaramente por 17 horas durante dos semanas seguidas y luego descansan un solo día y vuelven a laborar otros 14 días.
Esto provoca que al no tener la atención y descanso debido, los controladores no detectan los incidentes, pues incluso se quedan dormidos.
Lamentó también que exista una inadecuada organización del trabajo, pues han ido modificando las jurisdicciones de los controladores, ya que se les están delegando espacios aéreos demasiado grandes o espacios con los que no están familiarizados, sin dar tiempo a que se adapten a estos.
Ahorros o fallas en los sistemas de comunicaciones entre pilotos y controladores pueden resultar fatales. Lo mismo ocurre con el desconocimiento de las características de las aeronaves, pues el que un controlador no sepa calcular el tamaño del avión o si tiene la capacidad para realizar las maniobras que se le piden representa también un riesgo.
Larriva, quien es también investigadora de accidentes aéreos comentó que el hecho de que continuamente haya situaciones de posibles choques y no sean corregidos quiere decir que las autoridades no están revisando sus propios procesos de seguridad (puntos geográficos de conflicto), lo cual es muy peligroso.
La experta explicó que en incidentes de este tipo, cuando se activa el sistema TCAS, puede haber lesionados porque no hay tiempo de que los sobrecargos alerten a los pasajeros para levantar mesas, pedirles que se abrochen cinturones, etc, cuando el piloto debe hacer una maniobra de emergencia para evitar una colisión.
Finalmente, el economista Alfredo Acle expuso que si se toma en cuenta un evento de colisión aérea entre dos aeronaves la indemnización por pasajeros podría ser de 3 millones 600 mil pesos (vuelo internacional) o de 2 millones 600 mil pesos (nacional).
En suma, si se habla de un accidente que involucre a 500 pasajeros (dos vuelos) serían 1,700 millones de pesos en indemnizaciones, sin tomar en cuenta el costo de los aviones.
Además, habría que tomar en cuenta también a población en tierra, las perdidas consecuenciales de negocios, destrucción de construcciones, remoción de escombros, así como gastos y costos judiciales. Además del deterioro de la imagen pública del país
Para estar informado únete a nuestra comunidad de ” WhatsApp ” y también atrévete a levantar tu voz en “WhatsApp denuncias“. Suscríbete a nuestro canal de Youtube y síguenos en nuestras redes sociales, Instagram, Twitter y Facebook.